En El Eternauta, la ficción convive con decisiones cargadas de sentido. La máscara que usa Ricardo Darín para dar vida a Juan Salvo no es solo un elemento decorativo: responde a una elección estética y conceptual que revela el alma de la serie. Lo que parecía un detalle visual adquiere, en verdad, un profundo valor emocional.
En el mundo de El Eternauta, la nevada mortal obliga a los personajes a crear trajes herméticos para poder salir a la intemperie sin exponerse a la contaminación. La máscara del protagonista no solo lo protege: es su pasaporte hacia lo desconocido y el emblema máximo del héroe.
Qué lugares de Buenos Aires aparecen en las escenas de El EternautaPara la serie, su diseño, funcionalidad y construcción fueron completamente replanteados. El equipo creativo encontró en esa pieza un punto de equilibrio entre la identidad del personaje y el enfoque realista de la narrativa.
La historia detrás de la máscara que usa Ricardo Darín en el Eternauta
Patricia Costa, responsable de vestuario, confesó que la tentación de crear algo futurista estuvo siempre presente. Sin embargo, primó el enfoque realista: “Debíamos volver siempre al Juan Salvo-hombre común”.
Incluso hubo una versión en la que la máscara provenía de Chernóbil, como un objeto guardado por Favalli. Pero el director Bruno Stagnaro se mantuvo firme: “La propuesta era contar las cosas como son”.
“Empezamos a investigar las máscaras de Chernóbil y nos encontramos con que eran máscaras de trompudo, con los ojos separados. No servían, porque la mirada de Juan Salvo era importantísima. A su vez, esa máscara asustaba, no generaba empatía con el personaje”, confió entonces.
Ricardo Darín no podía respirar con la máscara
Uno de los problemas más grandes fue la funcionalidad. Cuando probaron el primer modelo con Darín, se dieron cuenta de que “él no podía respirar bien”. A partir de ahí, eliminaron varias capas internas y filtros hasta dejar solo la carcasa exterior. También crearon versiones adaptadas para dobles y escenas sin diálogo.
Además, la máscara definitiva incorpora un micrófono embutido, lo cual permitió mantener los diálogos sin interferencias. La interacción con el equipo de sonido fue constante.
“Nos decían: ‘Ese plástico me mata’. Pero no podíamos evitarlo, porque teníamos que usar materiales creíbles, cosas que cualquiera encontraría en su casa para protegerse”, relató Conta. El equipo técnico se adaptó para preservar el realismo.